Lo que fue, pasado imborrable que nunca regresará. A veces duele recordarlo, pero las lagrimas se esfuman cuando te das cuanta que son historia antigua. El lloro que se aferra a tu ser parece ser tan potente, tan enredado y tan eterno, que llegas incluso a pensar que vivirás constantemente en un vórtice de sufrimiento. Pero eso es hasta que te das cuenta de la finitud de todo el asunto.
Porque sólo tú te quieres amargar con la angustia y vivir pegado a ello; eres sólo a tú el que la da fuerzas a ese momento para que se perpetúe. La llave del olvido está al alcance y el cerrojo esta justo allí. Sólo basta que se extienda la mano y se abra la puerta hacia el futuro.
El futuro es lo que en verdad importa y el que ahora podrás construir mejor. Será ese momento que viene al que lo podrás poner todas tus energías para diseñarlo al antojo del alma. Lo único que falta es empezar a trabajar en él y dejar lo que ya pasó atrás.
Lo que pasó pasó; la felicidad solamente llega cuando se internaliza que no hay darle más importancia que la que se merece. Después de todo, lo que quedó en el pasado ahora en el presente está ido.
Ahora lo que queda, en lo que puede aferrarse el alma angustiada, es en confiar y vivir con alegría, soñando en algo mejor, en lo que vendrá. Sí que vendrá.
Porque sólo tú te quieres amargar con la angustia y vivir pegado a ello; eres sólo a tú el que la da fuerzas a ese momento para que se perpetúe. La llave del olvido está al alcance y el cerrojo esta justo allí. Sólo basta que se extienda la mano y se abra la puerta hacia el futuro.
El futuro es lo que en verdad importa y el que ahora podrás construir mejor. Será ese momento que viene al que lo podrás poner todas tus energías para diseñarlo al antojo del alma. Lo único que falta es empezar a trabajar en él y dejar lo que ya pasó atrás.
Lo que pasó pasó; la felicidad solamente llega cuando se internaliza que no hay darle más importancia que la que se merece. Después de todo, lo que quedó en el pasado ahora en el presente está ido.
Ahora lo que queda, en lo que puede aferrarse el alma angustiada, es en confiar y vivir con alegría, soñando en algo mejor, en lo que vendrá. Sí que vendrá.